La Bundesliga ha cogido aire fresco por la parte de la media tabla, y es que estamos viendo a ciertos equipos rendir a niveles muy distintos a los de la temporada pasada.

Es el caso de un RB Leipzig que se despidió de Julian Nagelsmann y su capitán Marcel Sabitzer en el mercado de verano, y desde entonces no ha levantado cabeza; primero bajo las órdenes de Jesse Marsch, que llegaba del RB Salzburg para replicar la trayectoria de Nagelsmann y no salió vivo del mes de noviembre, y desde entonces con su reemplazo, Domenico Tedesco, ex de Spartak.

Se encuentran perdidos en una media tabla a la que no están acostumbrados, pues durante toda su historia (recordemos, 12 años) siempre han sido un equipo ganador. Les está costando mucho ganar fuera de casa, con una plantilla lastrada por lesiones importantes, aunque no perdieron piezas capitales en el mercado más allá del centrocampista austriaco.

Es también notoria la caída del Wolfsburg, que la temporada pasada peleaba de tú a tú con Bayern y Dortmund, y en la presente ha bajado su rendimiento considerablemente tras la marcha de Oliver Glasner del banquillo de «los lobos», siendo Florian Kohfeldt su sucesor tras abandonar Werder Bremen. En términos de plantilla, destaca la única baja clave de Xaver Schlager, severamente lesionado a principios de temporada. Fichajes como los de Waldschmidt o Philipp no están surtiendo efecto, y otros como Weghorst o Baku no están teniendo la chispa del año anterior.

Todo esto contribuye a una sensación que no es novedad para equipos como el Wolfsburg; van a tener que andarse con mucho ojo si no quieren perder a figuras como los mencionados Weghorst, Baku o Lacroix en el mercado de fichajes.

Pero la nomenclatura de equipo revelación (en positivo) ha de ser para el Freiburg, un club que a estas alturas está posicionado tercero en la tabla liguera y lleva la firma y sello de su entrenador: Christian Streich. Casi 10 años al mando de «los buitres», con un descenso a la segunda división del que se recuperaron inmediatamente, y desde entonces el Dreisamstadion (ahora Europa-Park Stadion) ha visto cómo el potencial de su equipo crecía y llegaba a cuotas como la honorable décima posición de la temporada pasada.

En la actual campaña, vivieron un inicio perfecto, sin conocer la derrota hasta el 6 de noviembre, siendo su primer partido perdido un nimio (y aún así meritorio) 2-1 contra el Bayern. Con una plantilla a la que están perdonando las lesiones, destacan nombres como su estrella por banda izquierda, Vincenzo Grifo, Rolland Sallai (punta húngaro del que ya hablamos en Chapman), o su jovencísima pareja de centrales formada por Lienhart y Schlotterbeck.

Aunque si hay un club que está haciendo que sus aficionados se lleven las manos a la cabeza, es el Borussia Mönchengladbach de Adi Hutter. El técnico llegó procedente del Eintracht Frankfurt para sustituir a un Marco Rose, que ponía rumbo a Dortmund tras haber obrado milagros en años anteriores, llevando a «los potros» a los octavos de Champions League y asegurándoles plazas europeas constantemente.

Sin embargo, la temporada pasada el proyecto ya dio signos de agotamiento, y el entrenador austriaco que dejó al Eintracht en quinto lugar tomó las riendas del equipo en un verano interesante, con las incorporaciones de los jóvenes Manu Koné y Luca Netz, y sin perder piezas clave. Sin embargo, la plantilla no está rindiendo como se esperaba en su esquema de 3 centrales, y una malísima racha de resultados (en la que se incluyen varias goleadas) les ha llevado por un sendero desde el que ya se atisba el abismo, estando a 2 puntos del descenso.