La maldición del «7».

Cristiano Ronaldo ha creado muchísimas tendencias a lo largo de su carrera, ya sea dentro del verde o fuera. Un golazo debe ir acompañado de un «siu«; una falta se debe lanzar con las piernas separadas antes de empezar la carrerilla, y al balón hay que pegarle de follaseca.

Una de las más notorias si cabe, es la integración del dorsal característico en el propio mote del jugador. No recuerdo a nadie refiriéndose a Cruyff como cecatorce o a Pelé como pediez, sin embargo se hace hasta extraño escuchar «Ronaldo» por encima de cerresiete.

Si bien es cierto que algunos astros del balón comercializaban productos con su marca con dorsal incluido, la clásica R10 de Ronaldinho, o por norma general incluirlo en su firma, el movimiento CR7 ha llegado a límites inimaginables para cualquier amante del fútbol de a pie. Uno de esos pioneros que se ven una vez por generación. Un Beckham de esto.

Y esto es lo que le ha tocado sufrir a Jaloliddin Masharipov, un futbolista uzbeko que cometió el gravísimo error de portar el dorsal número 7.

Nacido en Urgench, Uzbekistán, en una ciudad que no supera los 200.000 habitantes, tuvo la suerte de destacar como futbolista en un país en el que no es común hacerlo (más allá de que ha coincidido en el tiempo con el que será, si no es ya, el futuro mejor futbolista de la historia uzbeka: Eldor Shomurodov, delantero de la Roma).

Se formó en la cantera del Pakhtakor Tashkent, club con el que creció y consiguió 2 ligas uzbekas en su primera etapa, 2 más en su ciclo con el Lokomotiv Tashkent, y un último título liguero en su regreso al Pakhtakor. 5 ligas de su país en 7 años, ni si quiera Eldor tiene ese registro (de hecho, jamás ganó una).

Estos hechos sumados a sus 42 goles en en 141 en partidos, le sirvieron para una convocatoria absoluta con Uzbekistán, y un fichaje del actual equipo de moda: el Al-Nassr (2021). 1 millón de € y una cesión al Shabab Al-Ahli de Dubái acabarían por convertirlo en el nuevo 7 del club saudí. Allí, cuenta ya con una notable temporada con 2 goles y 5 asistencias en 26 partidos en su primera campaña con protagonismo.

No obstante, a la par que a todos nosotros, a Jaloliddin se le ponían las orejas de punta escuchando todos los rumores del posible fichaje de CR7 por el conjunto árabe con el correspondiente contrato más caro de todos los tiempos, y se podría imaginar que una firma de semejante calibre acarrearía, por decreto, la cesión del emblemático dorsal del bicho.

Y aquí es donde existe disidencia sobre los hechos:

  • Una versión explicaría que a Masharipov se le comunicó que debería ceder su dorsal con carácter imperativo, a lo que el uzbeko se negó.
  • Por otro lado, existe la versión de que simplemente se le relegó al uso de la «77», sin ni si quiera consulta previa.
Jaloliddin Masharipov luciendo su nuevo dorsal: La "77"
Jaloliddin Masharipov luciendo su nuevo dorsal: La «77»

Sea como fuere, lo cierto es que Jaloliddin Masharipov se enfrenta a un rechazo por parte de la directiva que lo mantiene al borde del despido hasta la fecha. El futuro del extremo de Urgench es incierto, y parece surrealista que todo venga a raíz de un mote.

Obviamente también hay que saber valorar el marketing detrás de esto, y es que las más de 2 millones de camisetas vendidas con la serigrafía de «Ronaldo – 7» en Arabia explican los daños colaterales, pese a que nunca sabremos si también se hubiesen vendido 2 millones de «Ronaldo – 77» en 48 horas. Messi agotó existencias en su presentación con el PSG pese a lucir el 30, aunque debe recalcarse que el desplazado con su icónico dorsal 10 hubiera sido Neymar Jr., otro futbolista con marca registrada.

Quizá ahí encontramos la clave de las cesiones de dorsales a nuevos fichajes. Cristiano pudo desplazar a cualquier jugador de lucir el 7 desde que se convirtió en la superestrella que conocemos actualmente. A todos menos a uno.

Raúl González Blanco, eterno delantero titular y capitán del Real Madrid (1994-2010), mantuvo sus derechos sobre este dorsal cuando en el verano de 2009 Cristiano Ronaldo aterrizó en el Santiago Bernabéu. Aquella temporada, Cristiano tuvo que ser «CR9», y Karim Benzema (que llegó el mismo verano) se vio alejado de su ahora distintivo dorsal nueve (KB9) y optó por cargar con el número 11. Y así fue hasta el paso al lado de Raúl al año siguiente, cuando marchó al Schalke 04, donde también lució el 7.

Existen más precedentes sobre esta relegación de dorsales a causa de la incorporación de Cristiano Ronaldo a un vestuario. Sin ir más lejos, en su último club. Aunque en esta ocasión fue de buena fe, el propio Edinson Cavani le cedió la 7 a Cristiano en su retorno al Manchester United.

Ronaldo (7) y Cavani (21) en su etapa como compañeros de vestuario (vía Twitter @ManchesterUnited)

En cualquier caso, la realidad es que una vez más el fútbol de alto nivel se puede tomar el lujo de afectar al menos conocido incluso aplastando un contrato si es necesario. Todo porque Cristiano no es concebible con ningún otro número que no formule el ya emblemático «CR7».

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