No ha dado aún tiempo a recuperarse de la resaca emocional que los Juegos Olímpicos de París 2024 ha dejado y, personalmente, no puedo evitar pensar con ansia en los siguientes para volver a ver a «cuatro locos» colgándose de las paredes y, con suerte, ver la bandera de España en el «top».

Alberto Ginés en dificultad durante la final de París 2024

Los últimos días han resonado bastante las palabras de Alberto Ginés, oro olímpico en Tokio 2020, que tras quedar 7º en la final de bloque y dificultad ha comentado que «quien pensara que era fácil conseguir una medalla en París es que no sabe mucho de escalada». El extremeño iba a los Juegos Olímpicos habiendo obtenido muy buenos resultados en las «OQS», pero a su vez con una lesión en el dedo gordo del pie que arrastraba desde hace 5 meseS. De hecho, para poder competir ha tenido que infiltrarse anestesia.

Además, también habló ante los medios acerca del bloque (búlder, una de las modalidades de la competición) como su «asignatura pendiente» y mostrando el deseo de no tener que volver a competir en esta modalidad, igual que le pasó con velocidad en Tokio, ya que su especialidad es la cuerda. Variando entre especialidades, los Juegos Olímpicos han experimentado con el programa de la escalada desde su entrada al calendario olímpico en 2020(1). En París, Alberto Ginés ha sido el tercero mejor en cuerda. Sin embargo, el mal resultado en búlder le ha lastrado la competición. En la otra cara de la moneda, nos encontramos a otros escaladores como el estadounidense Colin Duffy, cuya especialidad es el bloque donde quedó en segunda posición y al que su actuación en la categoría de cuerda le dejó fuera del podio. Caso inverso al español.

Esta problemática ya surgió en Tokio 2020, Juegos en los que había una única medalla que englobaba las tres categorías, incluida velocidad. Este año, hemos tenido representación femenina en velocidad a través de Leslie Romero (actual récord de España), especialista en esta disciplina. ¿Quién sabe si hubiese tenido el mismo desenlace si hubiese tenido que pasar por bloque y dificultad? La española hizo una actuación brillante perdiendo únicamente contra la imbatible polaca Aleksandra Miroslaw, que volvió a hacer historia al batir el récord del mundo con un tiempo de 6,06 segundos, 78 centésimas más rápido que la plusmarca que cogió hace tres años, en 6,84 segundos.

Carrera con la que Leslie Romero entra en cuartos de final

Igual que se hace en otros deportes la diferenciación de modalidades (ciclismo por ejemplo), muchos escaladores reclaman realizar lo mismo para próximas ocasiones, puesto que hay muchas diferencias técnicas entre disciplinas, hasta el punto, para muchos, de poder ser considerados deportes distintos. Algo así como si existiera el decatlón sin las especialidades. Todavía no hay nada oficial, pero parece que de cara a los Juegos Olímpicos de Los ángeles 2028 esta petición podría hacerse realidad, lo que daría margen a los deportistas a poder dedicar todas sus fuerzas una única rama de este deporte (o a diversificar si permanecen las combinadas, al estilo de la gimnasia). De ser así, la decisión se comunicará en 2025 para poder tener un entrenamiento acorde a la competición durante este ciclo olímpico.

Una vez más, hemos podido ver lo que las expectativas provocan: un chaval de 21 años con la necesidad de justificar un diploma olímpico habiendo sido oro olímpico en 2020 (donde pudo aspirar al título principalmente por el aplazamiento de los Juegos). En 2021, Alberto Ginés, arrasó sin que nadie lo esperase, incluso muchos periodistas tuvieron que salir corriendo hacia el rocódromo al enterarse de su victoria porque esta disciplina no era prioritaria a nivel informativo. Desde entonces, a raíz de ese momento, su cuenta de Twitter y el «boom» mediático han llevado al punto que parece que algo menos que un oro olímpico (además estando lesionado) «defrauda» a la gente. El arma de doble filo que supone la exposición en el deporte minoritario en España.

Sea como sea y pase lo que pase en este deporte de cara a Los Ángeles 2028, lo que está claro es que España está demostrando a nivel mundial que hay una gran cantera de escaladores con mucho potencial y dispuestos a llevar los pies de gato al fin del mundo. Alberto Ginés, precoz campeón olímpico en busca de poder exhibir su talento en la especialidad, y Leslie Romero, velocista solo truncada por la rival imbatible que roza la barrera de los 6 segundos, buscan compañía para este arduo camino hasta el podio que dentro de cuatro años volverá a coronar a unos pocos, quizá demasiado pocos, escaladores. Quizá aquello de caer y trepar hasta la cima sea una gran metáfora sobre todos estos procesos. Para muchos, Ginés cayó en París. Para quien importa (él), inicia un nuevo ascenso hacia la gloria olímpica en Los Ángeles.