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Los Juegos Olímpicos son una cita perfecta para los fotógrafos, brindando en cada edición innumerables imágenes memorables. Un ejemplo de esto se nos presentó en el partido entre Francia y Japón, donde se capturó en la misma imagen a el jugador de mayor y de menor estatura del baloncesto olímpico: Victor Wembanyama (2,22 m) y Yuki Togashi (1,67 m). Esta imagen contrastante capturó la atención de todos. Durante el encuentro, el base japonés tuvo que encargarse de marcar al joven pívot francés en varias ocasiones, una tarea bastante complicada si consideramos que entre ambos hay más de medio metro de diferencia de altura. Finalmente, el equipo del jugador de los San Antonio Spurs se llevó la victoria (94-90) después de que los nipones perdiesen tras forzar una prórroga.

¿Quiénes son los jugadores de mayor y menor estatura de esta edición?

Los gigantes encargados de defender la pintura para sus países incluyen a muchas caras conocidas, como el pívot de los Philadelphia 76ers, Joel Embiid, y el compañero de Wembanyama, Rudy Gobert. Además, hay 11 jugadores empatados en el décimo lugar con una altura de 2,11 m. La presencia de estos jugadores de gran estatura no solo se ve reflejado en las estadísticas, sino que también juega un papel crucial en la estrategia de equipo, permitiendo una defensa más sólida en la pintura y una ventaja en los rebotes.

En los Juegos Olímpicos, no solo los gigantes dominan la cancha. Los jugadores de menor estatura también desempeñan roles cruciales, utilizando su velocidad, agilidad y habilidades para influir en el juego. Japón y Puerto Rico son los países con más representación en este ranking. Los nipones ocupan las dos primeras posiciones con Yuki Togashi y Yuki Kawamura, mientras que los puertorriqueños cuentan con Jordan Howard, Tremont Waters y el jugador de la NBA, José Alvarado.

La presencia de estos jugadores más bajos aporta una dinámica especial al baloncesto olímpico. Su velocidad y capacidad para moverse rápidamente en la cancha les permiten superar a jugadores más altos en situaciones de agilidad y precisión. Estos atributos no solo los hacen esenciales en la ofensiva, sino también en la defensa, donde pueden ejercer una presión constante sobre los oponentes más altos y lentos. Así, su influencia en el juego es una prueba de que la habilidad y la estrategia pueden superar las desventajas físicas.