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La iconografía clásica de unos Juegos Olímpicos viene siempre marcada por toda clase de elementos que buscan afianzar su recuerdo en la retina del espectador. Desde la iconicidad oficial que marcan el logo, la(s) mascota(s) o los pictogramas de cada deporte; a las instantáneas o narraciones históricas que luchan por quedarse fijos en el imaginario popular. Ahí entra en escena la música. Y a ese escenario han decidido subirse Filip, Henrik y Jakob Ingebrigtsen. Han presentado junto al amparo de la NRK (la radiotelevisión pública noruega) el tema ‘Ingen gjør det bedre’ (‘Nadie lo hace mejor’). De melodía eurovisiva y letra gloriosa, aspira a ser el himno popular de Noruega más allá del que suene en los podios.
Un cántico para representar y honrar al pueblo noruego
Un folk-pop noruego moderno, con matices que recuerdan al Melodi Grand Prix y a la tradición eurovisiva nórdica — sería competitivo, indudablemente —, y, un claro aspirante a colarse en muchas playlists a lo largo de la competición. Esta es la apuesta de la NRK, la delegación noruega y los Ingebrigtsen para unir al país de cara a la cita olímpica. Un conjunto de frases y cánticos refuerzan un claro mensaje de epicidad y orgullo hacia el deporte noruego — según los hermanos, «nadie lo hace mejor»—, que no se olvida del pueblo, desde su monarquía hasta los granjeros del norte del país. Acompañan a la letra una secuencia de grandes momentos olímpicos del país, un homenaje a sus figuras — Rønningen, Holmann, Tofte, Warholm — como eco de la épica que transmite.
De los tres atletas desconocíamos su calidad musical — aunque ayudada por moduladores —, aditiva a su carrera de velocistas. Bajo el nombre de ‘The IngebritZ’, Henrik, Filip y Jakob Ingebrigtsen han decidido encabezar este discurso de grandeza musical. Así, el linaje deportivo más relevante del país nórdico, abandona las pistas por tres minutos, y pone otro instrumento, la voz, al servicio de su país. No obstante, solo el menor de los tres, Jakob, tomará la salida en París 2024. Sin duda, Jakob ejemplifica el autoestima del ‘Nadie lo hace mejor’, con sus declaraciones previas a la cita olímpica. Sin ir más lejos, es el gran favorito para la prueba de 1500m pista, en la que aspira a romper los récords mundial y olímpico — se quedó a 7 décimas de El Guerrouj en Mónaco — y defender su oro de Tokio 2020. Participará además en la prueba de los 5000 metros. En ambas, aspira a grandes resultados, amparado por un ciclo olímpico casi impoluto: con oro en el Europeo en Roma de 2024, y dos oros en 5000 y dos platas en los 1500 en los Mundiales de Eugene y Budapest (2022 y 2023).
En busca de la identidad musical
Lo oficial no siempre triunfa. Muy atrás queda el apoteósico ‘Barcelona’ de Freddie Mercury y Montserrat Caballé en Barcelona 92′, y pocos himnos promovidos por las organizaciones resuenan al hablar de sus respectivas ediciones. Si acaso, la Olympic Fanfare and Theme de John Williams y Leo Bugler, que en Estados Unidos rige el espíritu olímpico. De hecho, es muy probable que gran parte de los espectadores desconozcan la melodía desarrollada para estos Juegos de París 2024 («Parade», de Victor le Masne). Ni siquiera en España podemos jactarnos de tener la certeza de un himno unitario. El creado por el COI junto a los concursantes de OT 2023, «La Gravedad», apenas ha recibido una promoción digna. Ni tan solo por parte de RTVE, que, en cambio, incluye fragmentos de «Amor de Verano» (Marlena), presentada a la preselección española a Eurovisión de 2024, el ‘Benidorm Fest’, en sus cortinillas televisivas.
Es el aficionado el que decide las notas musicales que identifican a su combinado nacional. Tómese el ejemplo de la reciente Eurocopa (y de las últimas ediciones, inclusive). En este caso, y como viene siendo habitual, una sintonía característica de cada edición del torneo copa las transmisiones: vuelve atractivo y redondea el ‘broadcasting package’ — David Guetta, Martin Garrix y OneRepublic saben lo que engancha al público —. Aun así, el populacho dicta sus himnos. Siguiendo los pasos de «Will Grigg’s on fire» (la parodia norirlandesa de «Freed from Desire» en 2016), la parroquia de Escocia se adueñó del relato musical en redes y calles mientras duró su torneo: conquistaron al público con la ‘Tartan Army’ de su gaffer Steve Clarke. De igual manera, otra vez España ha experimentado la división entre la propuesta oficialista de RTVE (promocionando a otro precandidato eurovisivo: Almácor con «Brillos Platino»), y la sentencia dictada por las calles y el vestuario: el «Potra Salvaje» de la cantautora Isabel Aaiún.

