El Girona arrasa al Covirán (80-61) en un partido estrepitoso de los de Pablo Pin en el que solo Kramer evitó el sonrojo. Los rojinegros se mantienen fuera del descenso, empatados con Obradoiro y Breogán en la decimoquinta plaza.
Foto: Acb Photo / S. Geronès
Bàsquet Girona y Covirán Granada se veían las caras en un encuentro de pronóstico frenético en Fontajau. La vigésima jornada de Liga Endesa abría su paso a catalanes y andaluces, en un enfrentamiento de máxima vitalidad en clave permanencia. Los locales estrenaban a Fotis Katsikaris en el banquillo, y los visitantes a Malik Dimé como pívot suplente de Cristiano Felicio. En torno a 5000 personas se dieron cita en el pabellón gerundense para un partido de altísimo voltaje.
Q1: 17-15
En el arranque de partido, el Covirán sería superior ante un Girona poco aclarado en defensa y al que Felicio supo atacar y Thomasson anotar. Un muy buen nivel defensivo de los de Pablo Pin mantuvo en cuatro puntos a los gerundenses durante varios minutos y obligó a Katsikaris a parar el partido. Los locales, poco a poco, fueron metiéndose en el partido (también la grada) y con dos triples en el último minuto terminaron venciendo el primer parcial. Debutó, sin influencia positiva, Malik Dimé, con pérdidas y falta de determinación.
Q2: 35-32 (18-17)
El Bàsquet Girona arrastraría la dinámica del primer cuarto en el arranque del segundo frente a un Covirán extraordinariamente falto de acierto. Los de Pablo Pin, que estuvieron 9 arriba en el primer cuarto, pasaron del 4-13 al 33-22 en la segunda manga. Quino Colom e Yves Pons daban minutos de mucha calidad desde el perímetro al Girona, mientras que el Covirán se refugió en destellos de calidad de Thomasson y Felicio en un desastroso día de Cheatham y Costa. Con un 2-10 final, los granadinos salvaron los muebles antes del descanso, yéndose perdiendo solo por tres puntos, aunque con una técnica a Thomasson (mandó callar a la grada) pendiente para el arranque del tercer cuarto.
Q3: 62-41 (27-9)
El tercer cuarto de Covirán Granada fue, en resumidas cuentas, indigno de un equipo del primer nivel profesional. En cuanto al número de pérdidas, en cuanto al número de concesiones, en cuanto al número de rebotes perdidos y en cuanto al acierto del 25% en tiros de campo. Quino Colom y Eric Vila camparon a sus anchas en Fontajau para dinamitar el partido antes del último cuarto. Sin Thomasson en pista, con cuatro faltas, el Covirán estaba sufriendo, quizá, su mayor debacle fuera de casa de la temporada. Pere Tomàs fue expulsado por una técnica y una antideportiva.
Q4: 80-61 (18-20)
El último parcial serviría como periplo para que la afición gerundense celebrara su primer triunfo tras siete derrotas consecutivas con tranquilidad y poco más en términos baloncestísticos. Kramer y Germán Martínez dignificaron algo los últimos minutos de Covirán Granada, al tiempo que Cheatham se marchó discutiendo con Pablo Pin en el último cambio. «Say something» («di algo»), parecía gritar el ala-pívot estadounidense al banquillo. Perdió el Covirán con poco suspense por 80-61 en un triunfo en el estreno de Katsikarius que bien puede valer una permanencia.
Pablo Pin, enfadado con la actitud del equipo en el segundo tiempo
«El partido ha tenido dos caras muy diferentes. En la primera parte ha estado muy competido el partido. No hemos tenido una mala primera parte, sobre todo a nivel defensiva. Hemos encontrado tiros cómodos pero no hemos anotado en ataque. Estábamos controlando bien el rebote defensivo, no dejándolos correr y llevábamos el partido igualado, que es lo que queríamos fuera de casa. La cara opuesta ha sido totalmente en el tercer período, con 9 rebotes defensivos perdidos, mala defensa en el bloqueo directo y mucha falta de carácter, actitud y energía. Tenemos que seguir pensando en el siguiente partido, contra Manresa», comentaba el técnico granadino.
Pin, que valoró a Dimé como falto de ritmo, también reconoció que Cheatham estuvo lejos de su nivel: «Ha sido un partido flojo de Cheatham. Estaba frustrado en las últimas jugadas. Cuando volvamos a entrenar el martes, normalidad. Es un tío súper profesional, entiendo las reacciones de los jugadores durante los partidos», aclaraba el míster respecto al bronco último cambio del estadounidense.
Sobre si le preocupan los dos malos partidos consecutivos, con las peores anotaciones consecutivas, Pablo Pin fue contundente: «Lo que preocupa es que no tengamos la continuidad durante la semana que necesita un equipo de nuestro nivel. No estamos teniendo continuidad para entrenar, eso es lo que me preocupa».
«No me ha sorprendido Katsikarius. Los 18 rebotes ofensivos es un arma de Girona desde el principio de la temporada, aunque hay jugadores que han estado más acertados de lo normal. En la segunda parte ha sido capaz de poner sobre la pista los hábitos anteriores», concluía Pin, que incidió en la necesidad de ganar a Manresa el próximo domingo en el Palacio de Deportes.

