FOTO: A. Arrizabalaga

El Covirán Granada no levanta cabeza y suma su quinta derrota consecutiva en este inicio de temporada. Los granadinos viajaron hasta el norte para enfrentarse al Surne Bilbao en un partido muy competido por ambos equipos, en el que finalmente los de Jaume Ponsarnau se llevaron la victoria.

El partido comenzó con ambos equipos muy acertados, tanto desde la línea de tres como de media distancia, y en el que pudimos ver a dos quintetos liderados por un solo jugador. Por parte del equipo vasco, Adam Smith se cargó al equipo a la espalda y con 14 puntos, entre los que incluyó dos triples clave, puso al Covirán contra las cuerdas en varios momentos del cuarto. Sin embargo, un Lluís Costa intratable desde la línea de tres consiguió mantener al equipo a flote y llegar al final del período con una ventaja de tres puntos.

Pero realmente fue en el segundo cuarto cuando apareció el MVP del partido. Kristian Kullamae tomó nota de la actuación de Smith en el primer cuarto y decidió imitarla. El estonio sumó 19 puntos con tres triples y con un 100% de eficiencia desde media distancia. Un recital baloncestístico que, una vez más, gracias a Lluís Costa fue aplacado por los granadinos. Estos, al igual que en el primer cuarto y durante los últimos encuentros, no consiguieron crear un bloque defensivo necesario, más aún tras ver el estado de forma de Kullamae. A pesar de que colectivamente el equipo estuvo muy flojo en este aspecto, el principal señalado ha sido Cristiano Felício. El estado de forma del brasileño preocupa a todo el Covirán, ya no solo por su poca capacidad para evitar bloqueos y seguir a su marca, sino por su nula implicación en ataque.

Ya en la segunda parte hemos vuelto a ver los agujeros defensivos del conjunto de Pablo Pin. La mala organización en los bloqueos, sumada a una gran carencia en los rebotes defensivos, ha permitido que entre los locales sobresaliese un nuevo dolor de cabeza para los andaluces. Killeya-Jones con un par de matazos y 13 puntos ponía a temblar Miribilla. Sin embargo, la incapacidad local para organizarse en defensa ha permitido al Covirán seguir cerca en el marcador y sumar un nuevo efectivo en ataque, como ha sido David Krämer, para dar un poco de aire a Lluís Costa.

Con todo por decidir en el último período, surgía la duda de si el Covirán conseguiría mantener el nivel y no dormirse como en otros partidos. Por suerte, para los andaluces, no solo mantuvieron el nivel, sino que después de estar desaparecido durante todo el partido, Joe Thomasson se puso serio y sumó 13 puntos con tres triples clave para dejar viva la esperanza granadina. El cronómetro corría y el partido no parecía decantarse para ningún lado. Por una parte, los bilbaínos contaban con su trío de estrellas, que finalizó el partido con 77 puntos de los 94 anotados por el equipo. Mientras tanto, en el lado visitante, Thomasson resistía a base de triples, pero un espectacular tapón de Killeya-Jones disipó las pocas esperanzas que mantenían los de Pablo Pin.

La semana que viene, el domingo 22 de octubre a las 17:00 horas, Covirán Granada se enfrenta a Casademont Zaragoza en el encuentro correspondiente a la jornada 6 de la Liga Endesa. Será una nueva guerra por conseguir la primera victoria de la temporada y comenzar a remontar este inicio.