Covirán Granada resolvió perfectamente la visita del Bayern de Múnich de Pablo Laso para el VIII Memorial José Enrique de la Cruz. El conjunto nazarí dominó desde el inicio del encuentro e impregnó de ilusión a los más de 5000 espectadores del Palacio. Los andaluces sobresalieron en el lanzamiento exterior y el movimiento de balón. Es la primera victoria de Covirán Granada en pretemporada desde el ascenso a ACB.

La victoria de los de Pablo Pin ha convencido por completo a la afición, que confía en el equipo como nunca. Covirán Granada tumbó a todo un equipo de Euroliga en una exhibición total. Analizamos las 10 claves del partido.


Ambiente festivo en el Palacio

Puede que fueran las fiestas del Zaidín, o por aquello de que septiembre asoma y amenaza con el regreso de la rutina, pero desde la previa en los bares colindantes al Palacio el ambiente era sinónimo de fiesta. Ilusión y muchas ganas de baloncesto en una ciudad que sigue con el dulce recuerdo de la salvación milagrosa del año pasado. El apoyo de la grada, una muy respetable asistencia de 5100 personas, fue diferencial en el partido.

Ziv, Thomasson y los bloqueadores: máquina productiva al P&R

La nueva dupla estrella de Covirán Granada se perfiló como el arma principal del equipo en posesiones largas. Los dos botadores, que ya compartieron back-court en el Gilboa Galil de Israel, dominaron las situaciones de bloqueo y continuación. Pablo Pin elogió, con razón, la grandísima labor de los bloqueadores (desde Iriarte o Gustys hasta Ángel Núñez o Cheatham), que consiguieron, siempre, generar ventajas. Pick & roll, pick & pop, pase al tirador abierto, juego de media distancia… un abanico muy completo.

Germán, de alero bajo y especialista en 3&D

La ausencia de Krämer, los problemas estomacales de Kairys y la falta de rodaje de Gustys dejaron la rotación exterior de Granada condicionada por la necesidad de usar a Konontsuk, Pere, y Ángel Núñez siempre como cuatros. Por ello, Pin llegó a utilizar tres botadores (así los definió en rueda de prensa) simultáneamente. Vimos minutos de Thomasson y Germán Martínez en el puesto de alero.

El caso del malagueño es el más destacable. Tras acumular cesiones y ascensos entre LEB Plata y LEB Oro, afronta su primer reto en ACB, con muchas dudas acerca de su rendimiento. Ante la incógnita de su rol y su protagonismo, esta pretemporada ha respondido perfectamente: exterior de 3&D (triples y defensa). Así destacó Martínez contra el Bayern.

Kwan Cheatham, Ángel Núñez y Konontsuk abriendo la cancha

Desde los puestos interiores, tres de las incorporaciones nuevas (una provisional), sentaron una de las premisas aparentemente más importantes de la identidad de este nuevo Covirán Granada: abrir la cancha y lanzar desde el perímetro en gran volumen (y por ahora gran efectividad). La figura del cuatro abierto será esencial en el juego rápido y de espacios de Pablo Pin.

Movimiento de balón y amenaza exterior

Las ventajas tras bloqueo fueron, como comentamos antes, uno de los grandes argumentos del conjunto nazarí, y las rotaciones defensivas forzadas que tuvo que afrontar el Bayern siempre fueron más lentas que el movimiento de balón de Covirán Granada. Tiros abiertos, extra passes, fintas y pintura liberada. Un espectáculo de baloncesto asociativo que levantó a los espectadores de su asiento posesión tras posesión.

Supervivencia al acierto de las estrellas rivales

La defensa de Covirán Granada fue muy buena, pese a la gravedad de las estrellas del Bayern. En lugar de trabajar por evitar el acierto de Bolmaro (15) o Carsen Edwards (18), anularon el resto de alternativas en el esquema de Laso. Un partido redondo atrás, reduciendo la variedad del arsenal de todo un equipo de Euroliga.

El debut de Hugo Fernández

Una de las grandes alegrías de la tarde fue el estreno con el primer equipo del canterano Hugo Fernández en los últimos segundos de partido, aunque la sed incansable de triples de Kwan Cheatham evitó que tuvuiera oportunidad de anotar. Del debut, destacar el baño de masas que pudo darse al final del encuentro, junto a la grada, que le arropo cariñosamente, y que tuvo que saltar al campo con la camiseta de David Krämer, el flamante fichaje de esta temporada, que seguía en Manila de camino al oro mundial con la selección alemana.


A la espera de 4 campeones del mundo

El partido vivido en el Palacio estuvo, digamos, levemente descafeinado por las ausencias. Desde Granada, ambos equipos mantuvieron un ojo puesto en las Islas Filipinas, donde Alemania, hoy, se ha proclamado campeona del mundo de baloncesto masculino. Allí, cuatro representantes de este duelo: Andreas Obst (Bayern), Isaac Bonga (Bayern), Niels Giffey (Bayern) y David Krämer (Granada). Tanto el Bayern como el Granada serán los equipos con más campeones del mundo vigentes en sus respectivas ligas.


Falta carburar el juego interior

Aun haciendo una gran labor bloqueando y generando ventajas sin balón, los pívots de Covirán Granada estuvieron lejos de la versión que necesitará el conjunto nazarí para sobrevivir a la ACB. A excepción de la breve aparición de Kairys, los centers estuvieron, físicamente, bastante justitos en cuanto a movilidad. En lo táctico, los cambios defensivos en P&R tienen mucho margen de mejora.

Y cuando vuelvan Krämer y Felicio…

Las buenas sensaciones y la ilusión de la afición nazarí no hecho sino comenzar. Cristiano Felicio, fichaje superestrella del año pasado y renovación estrella de la presente, ha regresado ya a la actividad en Granada tras el Mundial. David Krämer, que aún tendrá que celebrar tranquilamente y descansar cuanto pueda, se incorporará pronto a los entrenamientos. Apuntan, ambos, a ser titulares y piezas esenciales en el sistema de Pablo Pin para esta temporada.

Todas las pruebas contra equipos ‘europeos’

La pretemporada de Covirán Granada, además de ser la primera desde el ascenso con una victoria, es especialmente nutritiva para la plantilla ya que todos los rivales a los que se han enfrentado o van a enfrentarse son equipos que jugarán competiciones europeas en la temporada 2023/24. Pruebas exigentes para un Granada ambicioso como nunca.