La fiesta en el Palacio de los Deportes, aunque siga teniendo cierto eco en las esquinas del pabellón, ha terminado. Todos los estamentos del club trabajan, desde ya, en la nueva temporada: en el segundo episodio del sueño de competir en ACB.
Dado el alto nivel de la lucha por la permanencia en la pasada edición de la Liga Endesa, y de la mano del ascenso de Morabanc Andorra y Zunder Palencia, los altos cargos de Covirán Granada han dado por claro un objetivo: tener una plantilla ampliamente superior a la del año pasado.
La plantilla para el segundo año en ACB
El primer paso no fue complejo en concepto: renovar a los buenos. Cristiano Felicio, convencido de volver a intentarlo tras una temporada eclipsada por la lesión, no tardó en firmar. Siempre tuvo claro que quería darse una segunda oportunidad en este equipo.
Sí que fue peliaguda la extensión de contrato de Joe Thomasson, el fenomenal refuerzo de la pasada campaña, firmado a apenas cuatro partidos del final de la liga. Tras promediar quince puntos por partido e imprimir la sensación de haber sido imprescindible, parecía imposible renovar a un jugador con semejantes exigencias contractuales. Afortunadamente para los rojinegros, el de Ohio optó por quedarse en Granada, pese a una reducción notable en sus expectativas salariales. Esta noticia, aunque alegre para el aficionado nazarí, supone, debido a las plazas de extracomunitario, la oficiosa marcha de Luke Maye.
Primer refuerzo del año
Cobra mayor importancia, por tanto, la tercera gran noticia del año (en adición a las citadas y la continuidad de Pere Tomàs, Christian Díaz y Lluis Costa). Llega desde la liga alemana. David Kramer (Braunschweig) es, como adelantó esta tarde Seba Jarillo en exclusiva, nuevo jugador del Covirán Granada.
Llega al conjunto dirigido por Pablo Pin un experimentado alero/escolta internacional con la selección alemana, y con recorrido en Ratiopharm Ulm, OrangeAcademy, Bayern y Braunschweig. A sus 26 años de edad, cosecha nueve temporadas en la élite del baloncesto europeo, con escapada a la G-League entre medias.
Se trata de un jugador nacido para jugar en el ala, de casi dos metros (1,97), con una envergadura considerable y grandes dotes físicas. Su prioridad: anotar. Su mayor herramienta es el triple, pero no por ello reduce su abanico al lanzamiento exterior. Es un jugador agresivo a todas las escalas.
Un gran arma ofensiva, con sus puntos débiles
Es agresivo sin balón, atacando bloqueos y saliendo a recibir al perímetro, al igual que buscando la puerta atrás o cortando tras pasar. No para quieto, y castiga cualquier error de su defensor. Es agresivo al recibir, con un juego de triple amenaza muy polivalente, y un jab como recurso para generar espacio sin bote. Y es agresivo sobre bote, tanto buscando espacio para lanzar, como atacando el aro bien para definir con una bandeja o jugando por encima de él, dado que tiene piernas de sobra para ello.
Una de sus principales virtudes es el tiro exterior. Con una mecánica alta y rápida, es un tirador complicado de defender al salir de bloqueo, y difícil de molestar punteando. Su rango es muy extenso, y se siente cómodo lanzando, incluso, un par de metros por detrás de la línea de tres. Su mecánica funciona casi de igual manera en estático y en movimiento, lo que le permite tirar en transición, si es que la jugada lo permite.
Su agresividad natural y su capacidad atlética le han permitido desarrollar un poblado arsenal de recursos al entrar a canasta, interpretando siempre las ayudas y, en gran volumen, sacando el contacto y la falta en la pintura. Su marca personal de anotación, 38 puntos, la consiguió tras anotar 17 tiros libres (de los 18 que generó). El pasar y cortar, uno de los recursos más simples y efectivos del baloncesto, es uno de los básicos para entender el estilo de David Kramer, que dinamita cada posesión al forzar rotaciones defensivas cuando menos las espera el oponente.
En lo ofensivo, su gran defecto es la distribución de juego. Si bien es cierto que no se niega por completo a pasar el balón, es un jugador que no tiende a hacerlo con la lectura y agresividad suficiente para generar tiros abiertos para sus compañeros. Su balance asistencias-pérdidas, durante toda su carrera, es negativo, algo un tanto preocupante dada la importancia del extra-pass y las lecturas en transición en el esquema de Pablo Pin.
En defensa cumple
Al otro lado de la cancha, David Kramer no es precisamente un especialista. Por suerte, su tamaño (y su envergadura: 2,06) le permite leer e interceptar hasta un balón por partido (promedio de carrera) en las líneas de pase de perímetro. Pese a ser un exterior, Kramer carga el rebote defensivo, y ataca los errores que comete en el lanzamiento exterior. Es un gran plus en ambas pinturas en cuanto a intensidad.
Un jugador de contextos
En Braunschweig y en la Selección de Alemania, Kramer ha sido un recurso recurrente cuando el reloj de posesión se agotaba. Tras una primera jugada sin éxito, él era la opción ideal. Con un condicionante como el tiempo, Kramer resuelve de manera eficiente y a un volumen sorprendentemente alto. Sin embargo, en una casa como Granada, con dos superestrellas ya firmadas, costará verle como la primera elección en momentos de necesidad.
David Kramer es un jugador que deja dudas en un primerísimo nivel europeo. Nunca llegó a destacar en Ratiopharm Ulm, y su paso por el Bayern fue poco menos que anecdótico. En cambio, al tomar las riendas de un equipo en necesidad, como el Braunschweig, alcanzó los 17,6 puntos por partido. Es un anotador en volumen, y necesitará muchos tiros para sentirse cómodo en lo que, además, es su primera experiencia en España.
En Granada debería disfrutar de muchos minutos en la posición de alero. Por tamaño, en casos de necesidad, podría llegar a jugar de 4 en un quinteto bajo, aunque, de asignarle una segunda posición, sería sin dudarlo la de escolta. Será una pieza muy interesante en potenciales situaciones de pick&roll y pick&pop entre exteriores.
La plantilla del conjunto de Pin sigue en pleno proceso de confección, pero las dos grandes renovaciones y este gran anotador que llega para acompañarles ya generan ilusión en una afición rojinegra preparada para darlo todo es este segundo año en la ACB.

